Un imparcial Vista de Tiroalpalo
En Anoeta no le anularon ningún tanto por fuera de recreo y los dos que firmó fueron dos obras de arte, el primero sentando a Zubeldia y un misil cruzado y en el segundo engañando a Remiro: cuando parecía que se la iba a mandar por el palo largo, se la clavó por el corto.Ahora les ha descuidado el punto, los resultados y hasta las buenas sensa